
Una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención! Olvida tu pueblo y tu casa paterna, y el rey se prendará de tu hermosura.
El es tu señor: inclínate ante él; con gozo y alegría entran al
palacio real.
Salmo
45, 10. 11. 12. 16