Te pedimos, Señor, la gracia de que todas nuestras intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.
Breve silencio
Descansa del ajetreo y mira a dónde vas y a qué.
Imaginando a Jesucristo crucificado, hablemos con Él...
“Señor, has querido hacerte hombre, vivir entre nosotros y morir por mí.”
¿Qué he hecho por ti?
¿Qué hago por ti?
¿Qué he de hacer por ti?
¿Qué hago por ti?
¿Qué he de hacer por ti?
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo
Probables autores son Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz
Siglo XVI
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo
Probables autores son Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz
Siglo XVI
Petición
Señor, Tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos, por eso, si es para tu mayor gloria, te pido…
Ofrecimiento de sí
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro. Disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan.
Oración final
Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Señor, Tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos, por eso, si es para tu mayor gloria, te pido…
Ofrecimiento de sí
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro. Disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan.
Oración final
Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.