Oración inicialTe pedimos, Señor, la gracia de que todas nuestras intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.
Breve silencio
Descansa del ajetreo y mira a dónde vas y a qué.
Buscando amarte más Señor, elijo pobreza en vez de riqueza, por seguirte a Ti pobre. Elijo desprecios en vez de honores, por caminar contigo despreciado. Elijo ser mal considerado en vez de buscar honor por seguirte a Ti, que comenzaste este camino.
Sumit Mitra, un corresponsal del periódico India Today entrevistó a la Madre Teresa en Calcuta. Le pidió que hiciese un comentario sobre el «modus operandi» de la Congregación en sus obras de caridad. El periodista le insinuó que había gente que opinaba que, alimentando a los mendigos, no solucionaba el verdadero problema, sino que des-educaba a muchos pobres.La Madre Teresa le respondió con una sonrisa: «Gracias a Dios que hay alguna Congregación que des-educa a los pobres.
¡Todos los demás están des-educando a los ricos!» En otra entrevista, otro periodista sugirió a la Madre Teresa que, en lugar de dar pescado a la gente, sería mejor que les enseñara a pescar. Ella respondió: «La gente a la que ayudamos apenas puede tenerse en pie. No tienen fuerza para sostener la caña. Yo les daré comida, después, os los enviaré para que vosotros les enseñéis a pescar».
Hedwig Lewis SJ
En casa con Dios
En casa con Dios
Petición
Señor, Tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos, por eso, si es para tu mayor gloria, te pido…
Ofrecimiento de sí
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro. Disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan.
Oración final
Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Señor, Tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos, por eso, si es para tu mayor gloria, te pido…
Ofrecimiento de sí
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro. Disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan.
Oración final
Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

